miércoles, marzo 21, 2007

Las rebajas de enero (29-01-07)

Comienza el año y, junto con la cuesta de enero, la mayoría de los ciudadanos de clase media esperamos con relativas ganas la llegada de las rebajas. Son la única oportunidad que nos ofrece el mercado para poder vestirnos a un precio razonable, sobre todo en estos últimos años en los que la ropa y sobre todo el calzado han visto incrementado descaradamente su valor real. No sé si será por la llegada del euro, porque la gente es cada vez más rica (cosa que dudo porque el poder adquisitivo en lugar de subir, baja), o porque nos dejamos tomar el pelo, pero lo que es innegable es que las prendas que antes valían 4.000 pesetas ahora valen 40 euros, que es casi el doble, y aquí parece que no pase nada. ¡Qué gran truco el de correr la coma a los precios como quien no quiere la cosa! ¿Se piensan que no nos damos cuenta o qué? ¡Sabemos que nos estáis estafando, caraduras!

En otro momento me meteré en el tema de cómo es posible que ahora la ropa valga doble sabiendo que la mayoría se fabrica en China, donde su precio de coste es 80 veces menor que lo que costaría aquí. Hoy sólo voy a contar lo difícil que es vestirse en una ciudad normal como la mía si tienes una edad rondando los 28 años. ¿Crees que es fácil? Ahora verás.

Mi objetivo era renovar el vestuario, hacía unos tres años que no me compraba nada salvo alguna prenda puntual, por tanto, era el momento de jubilar la ropa más quemada y hacer acopio de material para los próximos dos o tres años. Últimamente había tenido más gastos que ingresos y estos casi nunca habían sido utilizados para vestuario pero este año era distinto, ahora venía con los bolsillos llenos, con necesidad de renovación y con ganas de comprar todas aquellas cosas que me hacían verdadera falta y que no había querido adquirir a precio “de temporada” por ser excesivo.

Y ahí estaba yo. Persona de clase media, de edad más cercana a los 30 que a los 20, de gustos sencillos pero no cutres, con preferencia por la ropa cómoda, estética, no demasiado formal, de precio justo, alejada del pijismo y de tribus urbanas, funcional y sin dibujos. En pocas palabras: ropa adulta para poder llevar en cualquier ocasión. La cosa prometía ser fácil y rápida ya que en rebajas hay de todo y yo había ido el primer día y la semana posterior, es decir, al principio de todo cuando la gente todavía no ha arrasado. Mi intención era arrasar yo la primera semana y hacer una segunda escapada de cara al final, cuando sacan la ropa “de verdad” y no los modelos de hace tres años. Pero bueno, teniendo en cuenta la urgencia y que me da igual que un jersey verde sea del 2005, allá que me fui.

Y acá que me vine con las manos vacías. ¡Qué difícil es comprar ropa de persona normal! Nunca me hubiera imaginado el nivel del vestuario que había en aquel centro comercial. Para empezar os diré que el 90% de lo que se vende hoy en día está claramente dirigido al público adolescente, quedando marginado el adulto de edad joven y quedando totalmente excluido el adulto de verdad. ¿Qué pasa, es que los demás no tenemos derecho a vestirnos? ¿Nos están obligando subliminalmente a ir a boutiques de marca? Acaban de inaugurar un grandísimo centro de compras en mi ciudad y, a pesar de que odio este tipo de lugares por lo consumistas y americanizados que son, lo mío era una urgencia y además tenía poco tiempo, haber ido por el centro de la ciudad hubiera sido peor, así que recurrí a él, pagando las consecuencias.

Ir de compras es toda una experiencia hoy en día, y como en este mundo frívolo actual sólo nos esperan para sacarnos los cuartos, da lo mismo en qué ciudad os encontréis, vais a observar los mismos tópicos que yo cuando vayáis de tiendas. Los centros comerciales son algo así como una aldea global sin límites espacio-temporales, estás en uno y no tienes la seguridad de en qué ciudad te encuentras realmente, son idénticos. Aquí os voy a relatar las penurias que pasé yendo de tienda en tienda buscando algo tan sencillo como “ropa normal”. O lo que yo pensaba que era “normal”.

- New Yorker: Empiezo por aquí porque recordaba que esta tienda era bastante grande y tenían bastantes camisetas de diferentes tipos. Error. Nada más entrar algo me golpea en los oídos: regetón a tope. Empezamos mal. Si tenemos en cuenta que el ambiente de un local determina su clientela, el mero comienzo en esta era premonitorio de fracaso. Es cierto que la tienda era gigantesca y que tenían mucho género pero lamentablemente el estilo era horroroso, haciendo honor al hilo musical. Todo muy de niños modernikis, de jóvenes pijos que quieren ir a la moda pero con un toque macarrilla para que no les llamen niños de papá. Todas las camisetas tenían letras cosidas de estas que quedan tan feas, parches con banderas estadounidenses, imperdibles, cuellos descolgados, mangas asimétricas... todo muy raro y de colores extraños. Lo mismo con los pantalones. Definitivamente aquello no era para mí, máxime al ver a los cuatro frikis de 15 años con el pelito de cenicero por allí buscando ropa y descojonándose solos. Recuerdo que hace tiempo vendían unas camisetas informales de una colección de personajes de terror pero en versión bebé que estaba bastante bien. No era lo que necesitaba en ese momento pero al menos aquello me sirvió para llevar por la playa, en veranito o en una escapada por el campo, etc, y me apetecía buscarlas por si habían nuevos modelos. Pues no, ni siquiera eso tenían. Lamentando el primer error del día, decidí probar en otro lado y perdonarle la vida a mis oídos que ya no querían “más gasoliiiiiina!”.

- Celio: El paraíso de los vaqueros. Vaqueros, camisas, polos y jerseys finos era lo que andaba buscando, y, al menos, lo primero lo encontré. No conocía esta firma y quedé bastante satisfecho, tenían un millón de pantalones de todos los tipos y colores, con una mayoría rollo adolescente, de nuevo con raspazos, cortes, desgastes y cosas cosidas, pero también pantalones normales de color azul oscuro, como a mi me gustan. Todo lo demás un ful. Ful porque parecía que tenían bastantes cosas pero cuando las cogías en la mano eran muy cutres: telas chunguillas, colores feos, diseños ‘modelnos’, etc. No habían ni polos, ni camisetas sencillas, y jerseys de punto no me hacían falta. Empecé a darme cuenta que en ninguna de las dos tiendas tenían en cuenta a gente de más de 24 años, el target estaba claro y era limitado a adolescentes y jóvenes. Mmm...

- Springfield: Esta es tienda de ropa “de chico” de toda la vida. Un estandarte para todo aquel que ha sido joven. Seguro que tú mismo, si eres hombre, tienes o has tenido algo de Springfield. Pues o yo me he hecho mayor o lo de “de chico” quiere decir “de niños chicos”. Lo que un día fue ropa estándar bastante asequible y normalita ahora se había tornado cutre, de nuevo con numeritos cosidos, parchecitos, dibujos de dragones (ein???), colgajos variados, etc. Un horror de ropa. ¡Pero si yo compraba cosas normales! ¿Dónde ha quedado todo aquello? Me consta que en otras ciudades son menos lamentables y por eso me pilló de sorpresa. Madre mía, me empiezo a desesperar porque si eso iban a ser las rebajas, mal asunto. Ahora, eso sí, jerseys de punto... lo que se dice jerseys de punto... ¡habían mil! A mí esta tienda me hace gracia: aparte de que la música de Paulina Rubio más que atraerme me repele, no puedo comprender cómo siguen basando su mercado en tres pilares fundamentales: los jerseys, las camisas y los polos chungos. No me digáis que no habéis visto jerseys de punto de mil colores por toda la superficie de cualquier Springfield. Joder, es el puto paraíso del jersey: blancos, beiges, amarillos, rosas, naranjas, negros, azules, los tienen todos y en cantidades industriales. ¡Nunca faltan jerseys en Springfield! No puedo comprender cómo es posible, si es que venden más que churros o si es que no venden ni uno, y me inclino a pensar en lo segundo porque siempre están los mismos. Además, son de los que pican (argggh!). Lástima que no me hicieran falta estos jerséis porque si así hubiera sido me hubiera puesto morado. Con las camisas pasa igual, recuerdo que me compré hace ya 6 años una, la única que era bonita, elegante sin llegar a ser pija, blanca con rayas verticales azules finas. Seguro que la conoces porque desde aquel día... ¡¡¡4 años seguidos la vi de rebajas!!! Sí señor, para que luego digan que las rebajas son por ley de ropa de temporada. Juro solemnemente que en Springfield vendieron mi camisa del 2000 hasta el año pasado, ¡lo juro! Menos mal que era bonita porque las demás... perdonadme que os diga pero creo que el diseñador de Springfield fuma demasiado. Algunas parecen normales pero cuando ves la tela alucinas. Otras pretender imitar a las de Massimo Dutti pero con un toque cutrillo para que no cante tanto, solo que el toque es DEMASIADO cutrillo y la cagan. El tercer pilar son los polos. Necesitaba un poco y esta tienda también es el paraíso de los polos... hasta ese día. Sólo había un modelo y era verde, justo el polo que tengo en casa, un polo verde, así que meeeeeeeeeec, error. Presa de la desazón se me ocurre pasarme por la sección llamémosla “ropa de arreglar”. Dios mío... qué camisas... qué colores... ¡¡qué horror!! Eran tan feas las cosas “de traje” que me empecé a descojonar. ¿En serio pretenden que me vaya a trabajar con una camisa morada berenjena con rajas naranja navelina? ¿O ir a una boda con una verde oscuro con cenefas amarillas? ¿Pero qué pasa? ¿Pero qué invento es esto? Pensé en volver cuando fuera carnaval y al menos me descojoné a gusto. Otro día os hablare de las corbatas, jajaja, con decíos que no es necesario que vayan a juego. No te digo ná y te lo digo tó. En fin, nada de lo que me ofrecían era para alguien como yo, de nuevo la tienda estaba llena de chiquillos jóvenes que compraban cosas modernikis, así que volví a pensar en mi salud mental y auditiva y abandoné a esos chicos a la suerte de David Bisbal. (¿Por qué no emplean el dinero de sus súper amplificadores de sonido para mejorar la calidad de la ropa?).

- H&M: Un poco harto de tanto equívoco decido otear una tienda que contenga gente mayor en su interior, más que nada, para no sentirme el padre de todos los que había ido viendo hasta aquel momento. Me acerqué a esta que tampoco tenía muy vista y por fin encontré, al menos, el cobijo de una música más agradable. No recuerdo cuál era, por eso sé que era al menos agradable. La ropa no estaba mal, sin marcas ni dibujos absurdos, por fin había opción para mí aunque lo que antes eran niños ahora eran mujeres de 55 años, pero bueno, nada que no pudiera soportar y tras la triste experiencia de dejar de sentirme cerca de la juventud, a buen seguro encontraría más material cerca de gente de adultez consistente. Había bastantes cosas y muy variadas, me pude hacer con un polo básico y una camiseta azul de manga larga. No eran especialmente elegantes pero para el día a día era más que suficiente. Casi todo era verde o azul, así que las posibilidades se reducían, a pesar de ya “haber triunfado”. La zona de arreglar no estaba mal pero no me terminaba, echaba de menos una cosa que sospechaba y que se resolvió al girar un pasillo: ¡¡¡Jerseys de puntooooo!!! ¡Coño! ¿No os había visto antes? Qué puto éxito los jerseys este año, tú, aquí también habían más de 100. Por un momento pensé en dejarlo todo y comprarme 7, uno para cada día de la semana y rebajas resueltas, menos mal que el codazo de una mujer me sacó de mis pensamientos y volví a ser yo. Tras husmear la ropa interior sin acabar de convencerme, intenté encontrar el camino de vuelta a la caja (toda una odisea, ¿por qué hacen juegos de espejos y pasillos semi-ocultos? No sabes si entras, si sales, si vas a la izquierda...), pagué con una media sonrisa y salí a por más caza.

- Jack & Jones: Justo una par de puertas hacia un lado me meto en... cómo lo diría... EL INFIERNO... PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, TIRIRI TIRIRI TIRIRI TIIIIIIIIII, PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA... (¿Qué mierda es esta?) PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, (¡no oigo nada con esta puta música!) TIRIRI TIRIRI TIRIRI TIIIIIIII (¡Pero qué ropa más horrible! ¡Camisas plateadas! ¡Camisetas sin mangas de color dorado! :-O ¡¡¡Pantalones con transparencias!!!) PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, (¿Zapatillas del espacio exterior con plataformas y hebillas?) PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, (¿Qué hacen aquellos makinetos probándose chándals blancos y bailando a la vez? ¿Y por qué los chándals están al lado de la ropa “”””””de arreglar””””””, que está hecha con colores psicotrópicos?) PUNCH PUNCH CHUMBA CHUMBA, (¡¡¡me quiero moriiiiiiiiir!!!) TIRIRI TIRIRI TIRIRI TIIIIIIII!!!!!!!!!!!!!!!!!

- Zara: Tras salir corriendo con sangre en los oídos y agachando la cabeza para que nadie me reconociera, huyo despavorido ante la mayor colección de ropa horrorosa para gente cutre donde las haya. Lo peor que he visto en mucho tiempo, las tiendas de makinoles son un castigo, son el azote de La Ira De Ra [*(c) S.M.], pido perdón a todos los dioses y corro buscando un Zara donde guarecerme. Aaahhh... el Zara. Qué placer, por fin un clásico en donde lo cutre es soportable. Lo diviso allá a lo lejos y me meto como el que huye del diablo. Definitivamente este tenía que ser mi momento, si de alguna parte vas a sacar ropa estándar, esa es Zara. Con el eco del tecno a todo volumen de la tienda anterior, la música de esta me iba devolviendo a mi estado mental habitual. Por cierto, ¿os habéis fijado que la música del Zara y del Massimo Dutti no dice nada de nada? Es una música que no aporta nada, que no tiene ni chicha ni llimoná, que está ahí de ambiente pero que suena toda igual, sin esencia, monótona y sin estilo ninguno. Música de tienda de ropa, que llamo yo. En fin, sólo un detalle. De nuevo vuelvo a ver que a pesar de la calurosa acogida, la ropa es cutrecilla otra vez. ¡Joder! ¡Es que no se puede tener más de 25 años! Paso de los polos esos de 8 euros que tienen en el perchero circular ese del medio porque quedan súper mal, y yo algo tan barato no es tampoco lo que busco. Las camisas todas de Bustamante, los pantalones con desgastes y números grabados como “al carbón”, muchas chaquetitas modernillas pero nada de ropa “estándar”. ¡Puta mierda! Antiguamente el Zara era para todos los públicos y ahora veo que si no eres seguidor de OT no puedes vestirte. Debe ser porque la primera semana de rebajas sólo sacan la basura porque si no, no lo entiendo. La única cosa que valía la pena era un abrigo gris precioso que yo me había comprado dos meses antes por otra urgencia... ¡¡¡y estaba rebajado 30 euros!!! Nooooooooooooooo. Escogí un mal día para dejar de esnifar pegamento. Con los nervios a flor de piel, paso de todo y me voy a la sección de arreglar a ver qué había. De nuevo las corbatas de Zara demuestran ser de lo más mediocre que hay en el mercado. Al menos mediocre no es horrible y a una mala puedes recurrir a ellas, pero desde luego, yo no lo hice. Las camisas estaban bien, sin pasarse pero bien, me agencié una porque ya me veía de vuelta a casa con sólo dos puñeteras camisetas. Todo lo que tenían era purria, ¿Qué clase de ropa es esta? ¡También recuerdo cómo compraba aquí de vez en cuando! ¿Ha pasado algo en el universo? Harto de mitos caídos arriesgué y me fui al lugar más de adultos de todo el centro comercial, al menos sabía que allí no iba a encontrar basura moderniki...

- Cortefiel: No me gusta demasiado esta firma porque es de gente más mayor y suele ser demasiado pija y seria pero, visto lo visto, no me podía quejar y debía intentarlo. Pedro Del Hierro por aquí, Pedro Del Hierro por allá... joder, sólo venden PDF, como yo lo llamo. Veo muchas cosas de arreglar y alguna incluso me atrae. Me acerco a mirar los precios y... ¡HORROOOOOR! ¡¡¡Una camisa 90 euros!!! ¡¡¡HIJOS DE PUTAAAAA!!!, ¿pero es que no conocéis el concepto de *R.E.B.A.J.A.S*? ¡¡¡PDF, eres un jodido carero!!! ¿Cómo coño me voy a comprar una camisa por 90 euros? ¿Acaso los botones se abrochan solos? ¿Es antibalas o algo? ¿Lleva hilo de oro? ¡Qué jeta, por dios! Increíbles los precios del Cortefiel. Pantalones chinos a 100 euros, corbatas horribles a 70, y sí... ¡¡¡JERSEYS DE PUNTOOOOOOOOOO!!! Otra pared repleta de putos jerseys. ¿Por qué no me harán falta jerseys? ¿Por qué hay tannnntos jerseeeeisssss? Qué mamones, parecía que estuviera en la película esa de Jim Carrey en la que todo es una farsa y le están grabando con cámaras para que la gente se ría en casa. Rebusco entre los cinturones porque necesitaba uno negro para traje, encuentro uno barato, me lo compro pero les pido que me hagan un par de agujeros más. Y ¿qué me dicen? ¡¡Que no tienen el aparatito de hacer agujeros!! ¡¡¡COOOOMOOOOOO!!! Putos profesionales del fracaso. ¡Cómo podéis vender ropa a un público adinerado a precios estafadores y ni siquiera poder hacerle un puto agujero a un cinturón! Qué poca vergüenza la de esta gente, no vuelvo más, habrase visto. Estas cosas que las hagan en la catedral del tecno se comprenden, ¡pero en el Emporio PDF de trajes de 500 euros! ¡Por favor! Corte fiel a la pasta, se debería llamar.

- Pull and Bear: Hasta los cojones ya de todo me dirijo directamente a donde no debía haber sido infiel: Massimo Dutti y Boston, pero de camino miro las tiendecitas del camino. Estos del Pull and Bear son increíbles también. Hace años también era un referente masculino como el Springfield pero ahora han seguido su línea más cutre y modernilla hasta el limite. Todos los tópicos se vuelven a dar: pantalones con rotos, camisetas con parches, chaquetas de universidad americana (qué puta manía con la bandera y las universidades americanas, cojones), camisas de Bisbal, pantalones de campanorra (campanas del tamaño de la catedral de León), plateados, colores cobre, dorados, etc. Un horror que ya no veo ni puesto en un chaval de 15 años. Qué manía le estoy pillando a la ropa modernilla y los niños pijines que creen ir “de atrevidos”. Empiezo a pensar que no debía haber ido porque estaba poniéndome de los nervios y yo soy una persona bastante tranquila como para que el mercado de la ropa me amargue el día. Aun así continué caminando.

- Stradivarius: El horror II. De nuevo música tecno y ropa del espacio. Lo que no es feo sin piedad está lleno de pegotes y formas absurdas, nada que se dirija a un público como yo, más bien a horteras, pedorr@s y strippers. Como digo, paso de largo directamente sintiendo pena por quien se estuviera dejando los oídos con la horrible música y por quien esté siendo engañado por algún amigo que le dice que le queda bien esa chaqueta bomber blanca y esa sortija dorada que se está probando. Muy fuerte cómo está la juventud.

- Massimo Dutti: Por fin. Lo mejor con diferencia. Prendas de colores bonitos, acabados informales pero elegantes, telas de calidad, JERSEYS DE LOS QUE NO PICAN... uff... qué respiro. Pero qué caro. Lamentablemente esta firma está subiendo poco a poco los precios y se está poniendo cada vez más prohibitiva. Menos mal que si vas buscando todavía puedes encontrar ofertas buenas. La cosa se saldó con un polo, un par de jerseys finos, una camisa de traje y una corbata muy bonita. Menos mal que aún se podía confiar en alguien en este centro comercial. Miraba alrededor y no me parecía que aquellas prendas fueran tan extrañas, además el público era de edades variadas, lo que demostraba que había un mundo más allá de lo moderniki vulgar. Los pantalones chinos estaban muy bien, las camisas eran casi todas muy elegantes, habían poquísimos polos pero eran bonitos, las corbatas muy variadas y en general todo era muy “ponible”. Tomé nota mental de empezar y terminar en esta tienda la próxima vez que saliera a comprar. Satisfecho y con la tranquilidad de que todo el esfuerzo había valido para algo, salí de allí hasta con una colonia de extra, porque olía estupendamente y porque me apetecía premiar de algún modo el que alguien se molestara en hacer ropa para alguien de mi perfil entre tanta mediocridad.

- Boston: Sólo conocía de esta tienda el traje que me compré hacía dos años, un traje estupendo, por cierto. No sabía si habrían más cosas y cuál fue mi sorpresa al ver que sí, que habían justo el tipo de jerseys que andaba buscando, las camisas de diario que necesitaba y alguna prenda más que me gustó. El problema fue que las tallas eran muy raras y mientras que una te venía muy pequeña, la siguiente te sobraba por todos los lados. Me probé más de 7 cosas y me acabé llevando sólo 2 pero muy satisfecho por la calidad y el surtido que tenían. Hay que ir más a Boston, casi todo es muy bonito, no demasiado caro y además la sección trajes está francamente bien. Para primavera volveré seguro.

- C&A: Antes de irme hacia el coche y teniendo ya casi todo lo que necesitaba se me ocurrió darle una oportunidad a esta tienda que, sin haber entrado nunca, me parecía un poco cutre. Teniendo en cuenta que las tiendas que yo consideraba “normales” eran ahora más horrendas que el culo de un mono titi, ¿por qué no darle una oportunidad a esta que al menos no tenía pretensiones “modelnas”? Pues dicho y hecho. Y oh... ¡qué placerrrrrrr! Menuda sorpresa me llevé cuando vi el género. C&A es una cadena gigantesca de tiendas cuyo objetivo es vender ropa básica a precio barato. Así, sin trucos ni engaños. Son como la gama de productos Decathlon pero mejor, no es alta calidad pero son bonitos, de tela fuerte, sin dibujos, sencillos pero súper funcionales y que cubren todas las edades. Es el lugar ideal para comprar lo que yo compré: camisetas de manga larga sencillas para el día a día, polos básicos lisos de acabados elegantes, camisas sencillas, etc. Además de corbatas no demasiado cutres, ropa interior realmente económica, chaquetas bastante bien, etc. Tienen además una gama muy amplia de ropa de bebé y de tallas grandes. Todo en uno. Me encantó. Para la ropa de arreglar puedes recurrir a las dos tiendas anteriores y para la ropa de quemar a diario, sin duda C&A. La gran sorpresa del día y la guinda a una tarde irregular de compras por necesidad. Sin duda volveré también en primavera / verano para renovar mi vestuario estival, que todavía lo necesita más que el de invierno.

Así que ya veis. Parecía fácil irse de rebajas siendo un tío normal y no es así. A veces uno se para a pensar si realmente está ya tan viejo que ni siquiera las tiendas tienen ropa para él, o si está tan desfasado que quedará asocializado por no llevar prendas rasgadas o con costuras, banderas americanas o animales estampados. Menos mal que uno está por encima de todo y siempre puede recurrir a los dos o tres sitios que piensan en la gente normal.

Si tú que estás leyendo este testamento tienes más de 25 años, probablemente me comprenderás. Si no, ya lo sabes... ¡¡¡ERES UN CUTREEEEEEEE!!! ¡Anda y cómprate un jersey de punto! :-D

miércoles, marzo 07, 2007

El Abuelo Hijodeputa

¡Arggggh! ¡Maldita sea! ¡Ha vuelto a ocurrir!

Hola de nuevo. Una vez más necesito canalizar mi frustración ante la ruindad que de vez en cuando muestra el ser humano en las situaciones más inesperadas e inexplicables. En general todos vemos a la gente mayor como esos seres tiernos, cansados, sufridores y deseosos de mimos y caricias, ¿verdad? Desde nuestra más tierna infancia, en los mismos tebeos de Mortadelo y Filemón aparecían ancianitas dulces de moño en la cabeza que siempre caminaban débiles pero sonrientes, paseando solas, con sus nietos o pidiendo una ayudita para cruzar la acera, muy bonicas ellas. Los ancianos hombres casi siempre eran labriegos, de los de boina y fajín rojo que también caminaban tranquilos o intentaban cuidar algún huertecito apoyados en su viejo bastón, pilar básico de su estabilidad personal. La sociedad se ha encargado de hacernos entender que la gente mayor necesita respeto, comprensión, cariño y ayuda, ya que han pasado toda una vida de lucha y trabajo y es precisamente en el ocaso de sus años cuando merecen descansar y ser tratados como ellos trataron en su día a los demás. La Súper Abuela, el iaio de Filiprim, el abuelo de Heidi, las Chicas de Oro, Chanquete o hasta la abuela de la fabada, hay mil ejemplos de ancianos encantadores...

...¡PUES NO! Yo me he encontrado con la única clase de abuelo que hace que toda la bondad anterior estalle y caiga hecha trizas por los suelos. Yo me he topado coooooooonnnnnn... ¡¡¡EL ABUELO HIJODEPUUUUUUTAAAAAAAA!!!

Sí, el maldito abuelo hijodeputa que suele aparecer en escasas ocasiones pero que te acaba poniendo a parir de los nervios. Seamos realistas, en general el 99% de los abuelos son personas majísimas, ¿vale?, pero tienen un problema y todos lo sabéis: ¡No soportan hacer cola!

No mientas, sabes que tengo razón. ¿Cuántas veces has visto a abuelos y abuelas colándose descaradamente en los supermercados? ¿Nunca te ha empujado un abuelo en la cola del pan? ¿Nunca has sentido como una fuerza inexplicable te aparta de la fila del cine y al girarte descubres que proviene del bolso o del puto codo de esa mujer mayor que “estaba antes que tú!!” cuando en realidad tú llevabas 20 minutos y ella acaba de salir de casa? Es un hecho comprobado, a los ancianos *NO* les gusta esperar, y ¡ojo!, más vale que lo sepas de antemano porque no van a cortarse un pelo en hacértelo saber. ¡Bienvenido a la lucha!

Yo he experimentado muchos ejemplos, los arriba citados y muchos más: Colas en la Renfe para comprar el billete del tren, robo de asientos cuando habían libres más de la mitad, empujones a quemarropa para no dejarte pasar en los desfiles de las fiestas, no vaya a ser que les quites la primera fila o la silla, coladas bellacas en las tiendas de ropa, apropiación indebida de productos electrónicos cuando los estabas cogiendo con la mano y no quedaba más que una unidad, ruido de muletas para entrar primero que tú en el teatro (¡a pesar de tener entradas numeradas y media hora para el comienzo!) y hasta exigirme a mi como camarero que les sirviera primero que a nadie porque tenían prisa (¡estando ellos de veraneo y sin tener que ir a ninguna parte!).

Pues lo que me pasó el domingo todavía fue más ennervante y más desvergonzado. Os cuento. Estaba yo revisando mi coche porque el día anterior había cambiado las ruedas de lugar, estaban ya bastante gastadas en la parte delantera y casi nuevas en la parte de detrás. Las había cruzado unas con otras y vi que un par de ellas necesitaban ser hinchadas porque estaban flojas y no era plan de ir con el coche desnivelado tampoco. Tenía 30 minutos porque había quedado en recoger a mi pareja a la estación e ir a comprar 4 cosas para irnos a comer a la playa. 30 minutos, tiempo de sobra para ir a la gasolinera, poner aire e ir a la estación.

Empiezo mal porque al llegar veo que había una chica que terminaba de llegar a lo mismo que yo. Miro el reloj y veo que no pasa nada, total serán 3 o 4 minutos más. La chica no es muy experta en esto de hinchar ruedas, pero consigue terminar en 5 minutos. Detrás de ella estaba la máquina de las aspiradoras y un hombre utilizándolas, de forma que yo no pude esperar en línea con la chica, sino en una pequeña pared al otro lado cruzando el camino central por donde se accedía a los autolavados, que estaban más adelante. Es decir, había un camino central que conectaba la gasolinera con los autolavados, en un lado de ese camino estaba la máquina del aire y las aspiradoras, y al otro lado un arcén de descanso/cola para esperar el turno a dichas máquinas. Pues ahí estaba yo.

En un momento veo que la chica termina y que sube al coche para salir. Yo enciendo el motor, le hago un gesto, la chica me confirma que puedo pasar, pongo el intermitente e inicio el movimiento. PEEEEERO, cuál es mi sorpresa cuando veo que aparece de la nada por el camino un abuelo cabrón que se para A MI LADO cortándome el paso a esperar que la joven saliera con su coche. Yo le toco brevemente el claxon porque me huele que me quiere quitar el turno, pero el tío hijoputa ni siquiera hace el gesto de mirarme. Cuando pasa eso ya sabes que te la van a meter doblada y, en efecto, el muy caradura, me la metió. El hombre empieza a doblar su volante a lo que yo respondo, totalmente alucinado, tocando el claxon ya de forma permanente: MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEC. El muy cabronazo sin girar su sucio careto me levanta la mano con desgana como diciendo “no me agobies, ¡idiota!, estaba yo antes”... ¡¡¡¡Y SE PLANTA EN LA MAQUINA DEL AIRE QUITANDOME EL SITIOOOOOOOO!!!! ¡¡Pero será mamón!! ¡¡¡Con dos cojones, delante de mis narices!!! Hasta la chica del otro coche se le quedó mirando flipada y me dijo “¿Has visto? ¡Con todo el morro!”.

Le seguí pitando un rato y cuando vi que el tío no iba a inmutarse le grité lo mal educado que era y la cara dura que tenía. ¿Vosotros creéis que el tío me dijo algo? El muy jeta aguantó estoicamente sin mirarme como si yo no estuviera allí, tardó 7 u 8 minutos en acabar, aguantando mis miradas asesinas y luego, mientras le recordaba lo simpático que había sido, subió al coche y se fue tranquilamente. Sin más.

Le tengo mucho respeto a la tercera edad y además soy una persona anti violencia pero os juro que las ganas que me entraron de hacer justicia a lo Charles Bronson de poco me hicieron perder los papeles.

Así que ya veis, el abuelo tenía tanta prisa que prefirió robar el turno desvergonzadamente antes que esperar como todo el mundo 5 míseros minutos. Esta es la clase de gentuza que a uno le amarga el día, el 1% de míseros que crean la mala fama que las buenas personas se acaban tragando. ¿Realmente vale la pena?

En fin, no quiero irme sin antes decir que espero que Earl tenga razón y que el Karma se encargue de ajustar las cuentas a cada uno. Por el momento si alguno veis acercarse un Citroen Xsara Picasso, monovolúmen, de color gris, conducido por un abuelo con cara de despistado, no os dejéis engañar y estar preparados: os la va a clavar.

PD: Ah, por cierto, tampoco quería despedirme sin decir que la matrícula es: 8651-FP_, donde el guión final es una P. Mmmwwwwuuuaaaaaaaaaahahahahahahahahahaaaaaaa. ¿Creías que te ibas a ir de rositas, abuelo hijodeputa? ¡¡¡Pues no!!!

viernes, marzo 02, 2007

¿La ropa no me huele o es que estoy resfriado?

Hace unos días tuve el honor de acudir a la boda de un viejo amigo, nos conocemos desde hace más de 12 años y hacía uno o dos que no nos veíamos. Todos los colegas dejamos a un lado familia, pareja, deporte y demás compromisos personales para reunirnos y celebrar la ocasión. La verdad es que, a pesar de que los pobres novios tuvieron un contratiempo de última hora, al final la boda se pudo celebrar tranquilamente y la noche fue genial.

La ceremonia no fue larga y sí bastante emotiva. Cuando estas en una boda que ni te va ni te viene, esta parte suele ser bastante pesada pero cuando es alguien a quien realmente aprecias de primera mano, todo se convierte en más mágico. Pero bueno, para no alargarme diré que todo fue estupendo: el lugar, la cena, el baile de después, los novios, por supuesto, los “regalos de boda” y en general, la simpatía con la que nos trataron, a pesar de tenerse que dividir entre más de 150 personas.

Creo que nadie reparó en ello hasta que llegaron a casa pero en aquella boda ocurrió algo que para mí hizo que terminara de ser perfecta: ¡no había humo! Si, no había humo, no se podía fumar en el recinto. Si me estás leyendo y no eres fumadora o fumador sabrás apreciar lo que te digo. ¡No había nadie fumando! Todo un regalo para los que tenemos que sufrir en el 95% de los lugares cómo la gente te obliga a respirar basura, toda una alegría para los que tenemos que aguantar, frustrados, cómo nuestra ropa apesta en casa sin haber tenido la culpa de ello.

Era genial ver cómo la gente tranquilamente se levantaba sin poner malas caras y se iban al hall o al exterior para fumar. Ninguno dijo una mala palabra, nadie hizo amago de encender un pitillo en la mesa para que alguien le pidiese que no fumara, no hizo falta enfadarse ni montar debates. Todo el mundo de motu propio prefirió respetar a los demás y salir fuera a fumar. Fijaos si fue increíble que busqué en las puertas o en las tarjetas del menú algún cartel o alguna indicación de que estuviese prohibido fumar en aquella sala de banquetes, pero ¡no la vi! ¡La gente salía a fumar por iniciativa propia!... ¡¡¡Hay esperanza en el ser humano!!!

Debo reconocer que al principio de la noche, mientras estábamos allí yo me sentía extraño y no sabía por qué, hasta que reparé en que no olía mal. Fijaos si es triste que hemos llegado a un punto en el que parece que falte algo si no huele a tabaco. Hacía tiempo que no era capaz de oler la comida al 100%. Dios... ¡notar el aroma del vino!, la gran asignatura pendiente. Mirad, yo no tengo ni puta idea de vinos, pero algo que me encanta hacer es captar el olor de uno bueno en la copa. ¿Por qué se permite pagar por una botella de calidad 20 o 30 euros cuando en el restaurante todo huele a Ducados? ¿Por qué el jamón de los bares tiene que ser ahumado por obligación? ¿Cómo se puede ser tan GUARRO?

Se acaban de cumplir los primeros seis meses de la ley del tabaco y, a pesar de que se queda muy, pero que muy corta, al menos se empieza a ver un poco de luz al final del túnel. De humo.

Podría ahora escribir mil líneas con todo lo perjudicial que es el tabaco y todo lo que molesta pero no lo voy a hacer porque sé perfectamente que los fumadores que se sienten atacados, esos que siempre se cabrean y adoptan una actitud defensiva pidiendo que les dejen de dar el coñazo, saben perfectamente que son unos hijosdeputa insolidarios y que les trae al fresco lo que jodan y atufen a los demás con tal de poderse hacer un cigarro cuando les salga del nabo.

“Es que es una adicción” dicen algunos para justificarse. No me fastidies, pues entonces que nadie se preocupe en la siguiente comunión a la que me toque ir me pienso meter un chute de heroína en la mesa entre plato y plato, que además ni siquiera despide mal olor. ¡Ay, total, es una adicción! ¿no?

En fin, hoy estoy de buen humor y no me voy a ensañar con el tema, un día que me pille más caliente soltaré todo el mal que llevo dentro por culpa del tabaco. Por lo pronto terminar diciendo que no fumar en las comidas ni en los lugares públicos es sólo cuestión de EDUCACIÓN, RESPETO e HIGIENE.

Tres conceptos que en este país aún no tenemos muy claros... lamentablemente.